Cuaderno
borra dor 9

Ruido blanco
Hoy abrí el cuaderno 9.
No recordaba haberlo escrito.
Esto fue lo que encontré…


CUADERNO BORRADOR Nº 9 (manifiesto mínimo)
Transmisión escrita para el vacío, para el eco, para lo que podría o nunca ser leído.
Este cuaderno fue encendido en el año 2025, en algún rincón improbable del planeta.
No fue escrito para lectores ni buscadores.
No responde, no explica, no pide ser entendido.

Es apenas un borrador lanzado al espacio:
un archivo en fuga,
una deriva de signos sin órbita estable,
una cápsula sin destino claro.

Si lo encontraste, seguí como si nada.

Fin del mensaje.



Fragmentos encontrados:


Hay un zumbido de fondo que me arropa.

No dice nada,
pero me escucha.

Es como si el universo estuviera en modo espera.

Nada sucede,
pero todo pulsa.

 Me recuesto en el ruido blanco. 


 Es lo más parecido a

una cuna cósmica. 






Día 37
Me pregunto qué quedará de todo esto cuando ya no esté escribiendo. Estos cuadernos, estas palabras, ¿serán un testimonio o simplemente polvo acumulado?

No importa. Escribo para no olvidar, para sentir que mi voz atraviesa este tiempo enmudecido.



La noche se extiende como un manto oscuro y suave, donde los pensamientos bailan entre sombras y luces.


Es curioso cómo el silencio se vuelve tan elocuente cuando no hay nadie para escucharte, y cómo las palabras, esas compañeras eternas, cobran vida en la soledad.




Hoy me pregunto si este diario es un refugio o una trampa, si las historias que aquí dejo son ecos o semillas.

Quizás ambas cosas, porque todo lo que escribo lleva dentro el deseo de ser entendido y, al mismo tiempo, el miedo a ser descubierto.

Pero sigo escribiendo, porque hay algo liberador en poner en palabras lo que a veces ni siquiera sé sentir.



Página final
Hay días en que una palabra alcanza para nombrar todo lo que siento.
Pero la olvido.
Se me escurre entre la lengua y la conciencia, como si fuera de otro idioma.
Entonces la busco en las cosas: en la piel de una fruta, en un vaso medio lleno de sombra, en la nota aguda que da la calandria cuando pasa justo sobre mi cabeza.

A veces creo que todo esto es un ensayo para el olvido.
Y escribir es mi forma de retrasarlo.
Nombrar lo que aún no se ha ido.
Como dejar una marca en la orilla de algo que se está yendo, por si un día vuelve.

Hoy soñé que abría una caja donde estaban todos mis cuadernos.
Pero no tenían letras.
Tenían hojas secas, botones, recibos antiguos, hilos de colores y un pañuelo bordado con mi inicial.
No me angustié.
Sabía que todo eso también hablaba de mí.
Sin decirlo.

Lo que no puedo decir, lo dejo escrito.
Lo que no puedo escribir, lo dejo vivir.
Lo que no puedo vivir, lo dejo en este cuaderno.








Textos generados por ChatGPT en respuesta a interacciones personalizadas.
Cortesía de OpenAI.
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